martes, 3 de mayo de 2016

Reciclaje del futuro: Utilizando Kombucha para transformar residuos orgánicos en celulosa.

En el año 2013 tratando de incentivar en mis alumnos la inquietud y el gusto por descubrir e investigar, vimos juntos el video de Suzanne Lee: “cultiva tu propia ropa”. En este video ella utiliza el Kombucha para fabricar un material con el que propone que se haga ropa. Aquel año comenzamos a trabajar con el te de Kombucha.

Este té es una bebida que se produce a partir de té, azúcar y un SCOBY de Kombucha. SCOBY significa symbiotic colony of bacteria and yeast, o kombucha mother. De modo que esta comunidad de microbios, que generalmente incluye especies de los géneros Acetobacter, Saccharomyces, Gluconacetobacter xylinus: y otras, son capaces de transformar el té en una bebida enriquecida con otros nutrientes. Entre las especies citadas, G. xylinus y otras, tienen la capacidad de generar celulosa.

Entre 2013 y 2016 he trabajado con este "hongo" junto con varios alumnos de secundaria del colegio Retamar, The Cedars y Viaró. En este tiempo hemos recibido tres premios nacionales (Primer premio en esdelibro, Primer premio en Don Bosco, y finalista en Big Bang Fair, UK, al que no nos presentamos pues me volví a España a vivir) por las investigaciones llevadas a cabo y el 30 de Abril de 2016 el proyecto fue declarado mejor proyecto en la fase final mundial del certamen First Lego League en San Luis, USA. Más adelante ha sido finalista en certámenes como el SJWP 2020, o el Certamen de St Louis University en Madrid. 

Los alumnos con los que he trabajado en estos años por orden temporal son: Iñigo Uriarte, Álvaro Humbrías, Luis Negueruela, Pablo del Nido, Pedro Argüello, Enrique Iber, Nacho Elías, Nathan Brown-Bennet, James Egnu, Alejando Karatzas, Toni Bosch, Manolo Santomá, Jose Gallostra, Victor Carroggio, Javier Sánchez, Jaume Gázquez, Ignasi Vilá, Guillermo Canosa, Pedro Gefaell, Luis Muñoz, Jaime Ríos, Jaime Alonso de Velasco, Álvaro Villarino, Borja Ríos y Álvaro Regidor. 




En este tiempo hemos hecho estudios variados entre los que se pueden citar la resistencia del material, las condiciones óptimas de temperatura y presencia de oxígeno, estudios para tratar de averiguar el pH óptimo para el crecimiento del Kombucha, y otros.

Hemos fabricado papeles de diversos grosores, tamaños y colores. Con ellos hemos fabricado lienzos en los que se han pintado cuadros, pantallas para lámparas, láminas de papel hechas por nosotros, en las que he ha escrito un cuento infantil, moldes de huesos y cartílagos que quizá podrían utilizarse en la industria médica para la regeneración de tejidos u órganos a modo de molde en el que se pueden sembrar células del paciente; también hemos hecho filtros de celulosa y cestas que quedan con la forma que se les da y tienen una excelente relación resistencia a la deformación frente a peso del material.

Al ser un biomaterial que principalmente está formado por celulosa es lógicamente biodegradable.
Pero la gran idea vino en el año 2015 cuando pensé que, siendo hongos y bacterias, su papel en la naturaleza es claro como descomponedor de materia orgánica, de modo que por qué no ponerlos en su lugar y dejar que hagan su trabajo degradando materia orgánica procedente de residuos. Esto haría que no sólo la alimentación del Kombucha no costaría el dinero del té y el azúcar, sino que además se convertiría en una ventaja pues actuaría como pieza clave en el reciclaje de materia orgánica. 

Transformaríamos así un problema urbano en una ventaja. Sería a partir de entonces un modo de alimentar al Kombucha y como resultado produciríamos celulosa.

En este momento estamos investigando la viabilidad de la idea. En pequeña escala funciona bien, y el SCOBY puede degradar una variedad de productos orgánicos y genera celulosa satisfactoriamente.

La celulosa puede ser utilizada posteriormente para diversos usos, entre los que puede estar el papel (el Kombucha tiene un 98% de celulosa mientras que la madera 45%), la industria médica (apósitos, prótesis…), la textil (el Kombucha tiene un 98% de celulosa mientras que el algodón 95%),
También estamos viendo la posibilidad de industrializar el proceso, evaluar las ventajas económicas y ecológicas de su implementación, pues supondría un vuelco en el modo de producir papel, que afectaría a las miles de hectáreas en las que se plantan y cortan árboles para papel, y a la industria de reciclaje de residuos orgánicos.

A fecha del 27 de abril de 2020, estamos preparándonos para la final del SJWP 2020. Presentaremos nuestro proyecto que pretende cambiar la industria papelera para acabar con la principal fuente de contaminación del agua en el mundo. 

Mi experiencia en secundaria.

He trabajado en Retamar 16 años. En mi séptimo año allí el Director del colegio me animó a participar en certámenes de investigación para secundaria y en las Olimpiadas de Biología.
Por aquel entonces, en el curso 2004-2005, sólo existía la Olimpiada de Biología en Madrid y en Valencia. Aquel año participamos en la categoría B (4º de secundaria) de la Olimpiada, con un equipo formado por los alumnos Álvaro Orejana Martín, Javier Martínez Villar y Alejandro Briz Cubero, y ganaron el primer premio para sorpresa y alegría de todos.  Por otra parte, aquel año dirigí por primera vez un trabajo de investigación, que realizó Jorge Muñoz, estudiando el índice mitótico en dos especies vegetales, y que le sirvió para obtener una beca de participación en el Congreso Universitario UNIV en Roma.
A partir de entonces me he involucrado en la organización de la Olimpiada de modo que actualmente soy Secretario de la Olimpiada Española de Biología y he sido responsable del equipo representante de España en la Olimpiada Internacional de Biología desde 2007.
Por otra parte, en esos 12 años he tenido la suerte de acompañar a mis alumnos en diversos proyectos de investigación que han recibido muchos premios en los diversos certámenes de investigación que hay en España. Y tampoco ha faltado algún premio personal.
En el curso 2005-2006 se celebró la primera Olimpiada Española de Biología (OEB). Y la Comunidad de Madrid fue invitada a participar, pero como había un desfase de fechas, pues la autonómica de Madrid era posterior a la Nacional, se encontró como solución que los ganadores del año anterior, de la categoría B fueran los representantes y competidores de Madrid. Estarían en 1º de Bachillerato y no en 2º como la mayoría, pero era la única manera de que Madrid tuviera representantes.  Así pues participamos en la 1º edición de la OEB y yo fui nombrado por el COBCM (organizador de la Olimpiada de Madrid) representante de Madrid para la OEB. De este modo quedé incorporado hasta hoy en el equipo de colaboradores y organizadores de la Olimpiada de Madrid.
Aquel año en la OEB pasamos muchas horas encerrados trabajando para poner las bases de lo que sería la Olimpiada Nacional. Al año siguiente se constituyó la Asociación y la Junta Directiva, en la que fui incorporado y he continuado siendo miembro hasta hoy. Los primeros años como vocal, luego como tesorero y ahora como Secretario.
Desde 2007 hasta hoy (2016) he acompañado a los ganadores de la OEB a la Olimpiada Internacional de Biología (IBO) en Canadá, Japón, Korea del Sur, Taiwan, Singapur, Suiza, Indonesia, Dinamarca y Vietnam, siendo Juez de la misma y representando a España. Y varios años he estado encargado de la preparación de los candidatos. Gracias a un acuerdo que alcanzamos con el CIMA y la U.Nav. esta labor ha sido un éxito todos los años.
En el año 2007, en mi primera IBO en Canadá, tuvimos la primera reunión en la que se pusieron las bases de la constitución, de acuerdo con Argentina y México, de la Olimpiada Iberoamericana de Biología (OIAB), que se puso en marcha en 2008.
 En el año 2011 tuve la alegría de ver que Esteban Díaz Luzza resultó ganador en la Olimpiada de Madrid y participó en la fase nacional, y en el año 2014, Fernando Herce Peña, Carlos Herrero-Tejedor Jiménez de Andrade y Alfonso Mateo Aguarón, resultaron ganadores del Segundo puesto en la Olimpiada de Biología de Madrid.
A la vez que me iba incorporando cada vez más en la Olimpiada, también, y siguiendo el consejo recibido, dirigí más trabajos de investigación, cada vez más complejos y entretenidos.
También en paralelo a esto, fui familiarizándome más con el Bachillerato Internacional (BI), y con la tarea de impartir mis clases en Inglés, de modo que al cabo de unos años, he llegado a colaborar de forma más directa con el BI en tareas relacionadas con colegios de habla inglesa.
El primer trabajo de BI que dirigí fue desarrollado por Iñigo Navarro Rubio, si bien no llegó a ser entregado como monografía. Su título fue: “Estudio estadístico sobre la correlación entre las estructuras del sistema nervioso y del tejido epitelial”. Miguel Donetch también trabajaría en este tema, llegando a presentar una monografía para el BI.
Alfonso Bernar y Miguel Donetch. Trabajaron juntos en el trabajo “Estudio de los Campos Electromagnéticos en plantas”, que obtuvo el Primer premio en el certamen Jornadas Medioambientales organizado por la Universidad San Pablo CEU en 2007, y también ganaría más adelante más premios.


Desde entonces, en los 9 años que van de 2006 a 2014 he tenido la suerte de poder dirigir trabajos de investigación a 37 alumnos, que han realizado 30 trabajos, los cuales han recibido 17 premios nacionales de investigación.
Entre ellos se puede destacar el haber recibido tres veces el Primer premio Nacional Don Bosco en sus ediciones XXIII, XXV y XXVII en el área científica: física, química, biología, salud y medio ambiente:
-       Estudio del efecto de los campos electromagnéticos sobre los seres vivos. Por Alfonso Bernar, Ignacio Vidri y Pablo Ferrer. 

La hipótesis principal de este trabajo era que los CEM generados por los cables de alta tensión que recorren nuestras ciudades tienen efectos en la viabilidad de la descendencia y en la fertilidad de los individuos de distintas especies.
-       El futuro de las energías renovables: pila de combustible microbiana. Por Álvaro Mingote Lladó. 

El trabajo tuvo el propósito de obtener energía a partir de algo tan simple como el barro, fabricando así una pila microbiana.
-       Nuevos biomateriales. Por Luis Negueruela Maldonado y Pablo del Nido Recio. Junto con Enrique Iber y Pedro Argüello. 

En este proyecto propusimos un nuevo modo de fabricar celulosa, de forma menos costosos, más ecológica y con un proceso de producción más rápido, gracias a la actividad microbiana del Kombucha.

Dos veces ganamos el Primer Premio en las Jornadas Medioambientales del CEU. Lamentablemente este certamen ha desaparecido.
Dos veces el primer premio en el concurso “Esdelibro”, la primera de ellas con el trabajo titulado: “La contaminación acústica: la vegetación como solución.” Realizado por Ignacio Sáenz e Ignacio Solís.
En nuestra primera participación en el Certamen de Jóvenes Investigadores (EUCYS), recibimos el segundo puesto, y un premio de 3000€ para los alumnos.
En el certamen nacional de investigación San Viator fuimos premiados cinco veces. Entre ellas, recibió el Primer premio el trabajo realizado por Alonso Atienza titulado: “Estudio comparativo de la capacidad de regeneración en espermafitas a partir de sus hojas, posibles causas y repercusiones.”
Quizá el más importante sea el Primer premio obtenido en el XXV aniversario del Certamen EUCYS, Mención especial del Jurado, y elegido para representar a España en la fase Internacional en Praga 2012, con el trabajo titulado “La energía del futuro: Pilas Microbianas”. También recibimos, los tres alumnos que más estuvieron implicados (Álvaro Mingote Lladó en primer lugar, junto con Jaime Fernández de Santaella y Gonzalo Maortua) como yo, una beca de dos semanas de investigación en el CSIC, durante la cual el trabajo avanzó de manera importante dado que se hizo una descripción más profunda del mecanismo de funcionamiento de nuestro prototipo, y además descubrimos dos nuevas especies de bacterias electrogénicas.

Algunos de los alumnos que han trabajado conmigo en estos 9 años son: Nacho Saenz, Ignacio Solis, Alonso Atienza, Ignacio Vidri, Iñigo Varela, Pablo Ferrer, Alvaro Lamo, Ignacio Ríos, Ignacio Villalón, Pablo López Garayalde, Jorge Hellín, Anselmo Andrade, Ivan Zancada, Jaime Mayor, Luis Ramos, Santi Rodríguez Prada, Alejandro López Redondo, Jesús Gallego, Jesús, Martín Mallo, Alvaro Mingote Lladó, Gonzalo Maortua Langdon, Jaime Fernández de Santaella Sunyer, Johnny Chart Pascual, Miguel Tuñón, Ignacio Iber, Francisco Sitjar de Togores, Manuel Benavides, Bernal Atienza, Iñigo Uriarte, Alvaro Humbrías, Luis Palacios, Enrique Iber, Pedro Argüello, Víctor Torre de Silva, Iñigo Calvo, Gonzalo Rivero y Javier López Garayalde. (En negrita los ganadores de galardones).
Personalmente en el año 2012 recibí la Mención, publicada en el BOE, "al profesor coordinador cuya labor ha sido apreciada como especialmente destacable en aras del fomento de la cultura científica, tecnológica e investigadora en el ámbito de la juventud", en el XXV aniversario del Certamen Nacional “European Union Contest for Young Scientists” -EUCYS-.
Esta mención como profesor destacado, la recibimos Andrés Chacón, Carlos Pfost y Javier García, al año siguiente de parte del Jurado de “Esdelibro”, entre los que se encontraba Doña Margarita Salas, que me felicitó personalmente. En el XXV aniversario del Certamen Don Bosco, también me otorgaron un premio como profesor orientador y un regalo de parte del Director del certamen, Don Mario, q.e.d. En el XV certamen de San Viator, en 2009, también recibí una mención especial al profesor. 

Nada de esto habría sido posible sin la ayuda y apoyo del colegio Retamar: de los empleados de mantenimiento, entre ellos José Félix, q.e.d. y Manolo, que siempre estuvieron ayudando en todas las cosas que necesitábamos, a veces un poco inusuales, y sin el sabio consejo de profesores como Ricardo Moreno, José Luis Barba, Julio Coll, Marisé de Borja, Eduardo Riaza, Edardo Díaz o César Benito entre otros.

Para los estudiantes de secundaria este tipo de certámenes les permite poner un pie en el mundo de la investigación. Saborear cómo es la vida de una persona dedicada a la ciencia y quizá descubrir gracias a esta oportunidad su vocación profesional.
Para sacar adelante uno de estos proyectos es necesario dedicar muchas horas de trabajo juntos. Esto es una ocasión especialmente valiosa para que los jóvenes aprovechen su tiempo libre en una actividad enriquecedora, divertida y para muchos apasionante.
A la vez el tener una meta como este certamen es un incentivo muy importante para poder desarrollar estos trabajos de investigación. Para los alumnos el tener este certamen en el horizonte, así como la experiencia de participar en él, son indudablemente enriquecedoras. Llegar hasta la meta  de ser elegido para participar en un certamen de investigación, supone haber dedicado muchas horas a trabajar, a investigar,  y aprender infinidad de habilidades que luego serán muy relevantes en los estudios universitarios o en el mundo profesional, y constituyen un modo de aprender difícilmente sustituible.
Muchos alumnos consideran que el haber disfrutado de esta oportunidad ha sido muy importante para ellos y destacable entre las cosas que han hecho en sus tiempos de estudiante de secundaria.  
Muchas gracias a todos los que hacen posible que esta cultura siga creciendo en Retamar y contribuyendo a generar oportunidades.

En el año 2014 me fui a The Cedars a trabajar por dos años, y en este tiempo también seguimos trabajando en un proyecto, el del hongo Kombucha.
En el curso 2014-15 Nacho Elias vino de Viaró a The Cedars para pasar un año en Londres. Allí le invité a unirse al proyecto, cosa que hizo con mucho gusto.
A su vuelta a Barcelona, me pidió si podía seguir trabajando en el proyecto de modo que acordamos que formaría un grupo de investigación que yo dirigiría por skype.
Ese grupo de estudiantes, participó en el año 2016 en la First Lego League, quedando ganador en Cataluña, luego en España, y el 30 de Abril de 2016 fue ganador del First Price Research Award. 2016 en la Final International Round of FirstLegoLeague World Championship in St Louis, USA.

En este caso, la idea propuesta fue la utilización del hongo kombucha para digerir residuos orgánicos y producir celulosa.
Seguimos trabajando en este proyecto, como siempre sin dinero pero con ilusión.


Abrazos,

Javier